La nueva casa del Espanyol, el estadio de Cornellà-El Prat, ha ganado el Stadium Business Award 2010, galardón que premia a la mejor instalación deportiva del año, en un certamen en el que tomaron parte más de 1.000 proyectos de todo el mundo, en un acto que tuvo lugar en la Store House de Guinness en Dublín. El campo perico se plantó en la última votación junto con grandes obras como el Ricoh Arena (Coventry), el O2 Stadium (Londres), el Cowboys Stadium (Dallas), el Twickenham Stadium (Londres) y el Donbass Arena (Donetsk).
El jurado votó por unanimidad el estadio perico, diseñado por los arquitectos Esteban Gasulla y Mark Fenwick. El campo blanquiazul costó 62 millones de euros, precio que aumentó a 83 millones al incluir la urbanización, y no tiene nada que ver con los 1.000 milllones de euros que costó el Cowboys Stadium. «Ha sido una victoria inesperada, pero fantástica», aseguró Joan Tusell, el arquitecto asesor del Espanyol. El club catalán no ha tenido ninguna ayuda oficial o privada en la financiación de la obra.
UN CAMPO ECOLÓGICO / El jurado se decantó por el estadio del Espanyol por su excelente relación calidad-precio (menos de 1.500 euros por asiento), por ser una instalación ecológica, por los recursos de sostenibilidad que aplica a su funcionamiento, por su funcionalidad, por su polivalencia, por su apuesta medioambiental, que aúna la tradición con las nuevas tecnologías. «El Espanyol nos pidió una olla a presión, un campo que recordara al desaparecido Sarrià y creo que se ha conseguido», afirma Esteban Gasulla. La instalación es agradable. Mediterránea. «Es un estadio vibrante, acogedor y lleno de presión, para hacer hervir la emoción del fútbol», añade Gasulla. El campo tiene capacidad para 39.700 espectadores, pero el club estudia ampliarlo a 42.000. El estadio se inauguró el pasado 2 de agosto.
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