jueves, 12 de marzo de 2009

HISTORIAS DE LONDRES, UN ASUNTO GRAVE 9

Un caso aparte, distinto a todos, es el Wimbledon, un club inverosímil al que se quiere o se odia. Para empezar, lleva el nombre de uno de los barrios más selectos del oeste de Londres, célebre en todo el mundo por el torneo de tenis y por sus fastuosas mansiones, pero juega en un suburbio muy modesto del este. Es, además, un un club que se profesionalizó hace sólo dos décadas, que ha escalado todas las divisiones en un tiempo récord y que mima su cantera. Pero el toque especial, lo que distingue realmente al Wimbledon, es la rabia. Los dons tienen como colores el azul y el amarillo pero en cuanto tienen ocasión prefieren vestirse de negro, se llaman a sí mismo the crazy gang (la banda de locos), escuchan rap en el vestuario antes de saltar al césped, escupen sobre el campo contrario y nunca dan un balón por perdido ni una pierna por inalcanzable.
El jugador más simbólico de los dons fue Vinnie Jones, retirado hace unos años con el mayor expediente de sanciones de toda la historia del fútbol inglés. Un vídeo con sus consejos para aprender a jugar al fútbol se vendía, para que no cupieran dudas, en las estanterías de deportes violentos como el boxeo y el kárate. Ahí van algunas perlas del catecismo del padre Jones: “Cuando derribo a un rival, siempre me ofrezco a levantarlo. Le pongo las manos debajo de las axilas y le estiro con fuerza de los pelos”. “Cuando algún contrario se me acerca demasiado, le agarro por los testículos y le digo con voz suave: ¿Te importaría retirarte un poco?”. “Si leo en el diario que la mujer de un rival se ha largado con otro, se lo recuerdo oportunamente durante el partido”. Y es que, amigo hooligan, “la pasión, la insistencia y el entusiasmo deben conducirte a terrenos en los que causarás algunos problemas. Es la misma historia de siempre. ¿Querrías tener a Gary Lineker a tu lado en las trincheras o preferirías tener a Vinnie Jones? Porque al fin y al cabo, sabes que Vinnie Jones saldría de la trinchera y correría hacia el enemigo, mientras que Gary Lineker se sentaría y diría: Usted primero”.
Jones, que antes de ser futbolista trabajó de peón de albañil, se dedica ahora al cine, especializado en papeles de gángster y asesino. Tras su rostro plagado de cicatrices, prácticamente sin cejas a fuerza de golpes, se oculta, dicen, un hombre sensato y razonable.
Por Enric Gonzalez

Artículos relacionados


0 comentarios:

 
Copyright 2009 sarria82. Powered by Blogger