A Roy Keane (Cork, Irlanda, 1971) se le recuerda por muchas cosas. Algunas buenas y otras menos buenas. Sus innegables dotes de mando, su jerarquía sobre el césped, su compromiso o su capacidad de proporcionar el equilibrio preciso a su equipo entran dentro de las primeras. Entre las segundas, a casi todos nos viene a la memoria el episodio con Alf-Inge Haland. Una particular vendetta, tan premeditada como alevosa. Pero no fue ni mucho menos la única.
Los enfrentamientos del medio centro irlandés con su Némesis en el Arsenal de la época dejaron una retahíla de anécdotas y particulares escaramuzas. Patrick Vieira, un portento físico dominador en su posición como pocos durante aquella primera mitad de la pasada década venía de liderar con firmeza y contundencia al mejor Arsenal de los últimos tiempos. Aquel equipo que concluyó la temporada 2004/05 imbatido, y que mantuvo su racha sin mácula hasta que se truncó, el 24 de octubre de 2004, cuarenta y nueve partidos después… precisamente ante el Manchester United. Keane sabía que el fútbol inglés, por aquel entonces, era cosa de dos equipos. O el suyo, o los gunners. Jamás dudó en prolongar sus enfrentamientos fuera del césped. Continuos cruces de declaraciones, alusiones más o menos directas a su más firme rival… Todo valía para ganar terreno en su particular pelea. Los piques se extendían más allá del césped. Se guardaban de una vez para otra. No se dejaba pasar por alto ni la más mínima afrenta.
Aquella guerra eterna tuvo su capítulo final un 2 de febrero de 2005, en el túnel de vestuarios del viejo Highbury. La historia venía de atrás, del partido que enfrentó a ambos colosos en la primera vuelta, aquel que acabó con la racha de imbatibilidad de los londinenses. Una fea entrada de Gary Neville sobre Reyes, en respuesta a un caño previo de éste sobre el lateral fue el detonante. Con el incidente bien guardado en la memoria gunner, y en particular de Patrick Vieira, el centrocampista de origen senegalés no pudo esperar al pitido inicial para saldar las cuentas pendientes…
Vieira quiso dejar claro a Neville que su episodio con Reyes no se había olvidado y que él, como capitán del equipo, no dejaría que quedara impune. No se aprecia en el vídeo, pero parece que el mediocentro gunner trató de intimidar, desde la atalaya de su metro noventa y dos, al lateral mancunian.
Todo discurría sobre el guión previsto por los locales hasta que entró en escena Roy Keane.
Ejerciendo de capitán, de representante de la auctoritas máxima dentro de la plantilla, Keano no acepta intimidaciones hacia sus compañeros. Su respuesta hacia Vieira es elocuente y contundente.
- ‘You’re fucking shit you! Every week shouting your fucking mouth off, every week Senegal this…, why don’t you fucking play for them then?‘, (‘Eres mierda! Todas las semanas rajando, todas las semanas que si Senegal esto… ¿por qué coño no juegas para ellos entonces?‘) – le espeta ante la incredulidad de los presentes y la impotencia de un Graham Poll que no consigue contener la furia del irlandés.
- ‘I’ll fucking see you out there (…) I’ll see you out there (…) Every week you, making out you’re a nice guy…‘ (‘Te veo ahí fuera (…) te veo ahí fuera (…) Todas las semanas haciendo ver que eres un tío legal…‘) – continua Keane, completamente fuera de sí mientras las palabras de Poll no consiguen apaciguarle.
- ‘He’s been standing up there shouting his fucking mouth off…‘ (‘Ha estado ahí detrás rajando…‘), trata de explicarse el capitán de los red devils con el corazón a punto de salírsele por la boca.
- ‘He think he can pick on Gary Neville… Pick on one of us!‘ (‘Cree que puede meterse con Gary Neville… ¡Meterse con uno de nosotros!‘)
La fibra sensible de un gran capitán. Métete con mi madre, pero, amigo, ni se te ocurra intentar vacilar a uno de mis colegas. Por ahí no. ¿Meterse con uno de nosotros? ¿Quién te has pensado que eres? La furia de Keane, ejerciendo con fiereza su cometido como capitán, representa una de las innegables funciones de un líder natural. Un tío en quien confiar a ciegas si lo tienes de tu lado y al que temer si lo tienes enfrente. Puede ser un hijo de puta, sí, pero es nuestro hijo de puta.
El United venció aquella tarde en Highbury, 2-4, alejando al Arsenal en su carrera por el título hasta colocarlo a diez puntos del líder, y posterior campeón, Chelsea. Vieira dejó el club londinense aquel verano de 2005 con destino Italia y Keano hizo lo propio con rumbo a Glasgow. La batalla había concluido.
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