jueves, 17 de noviembre de 2011

ESTE FUTBOL ES OTRA COSA


La evolución del juego y todo su entorno imposibilita comparar los récords de antaño con los actuales

Se suceden los récords en el fútbol porque las épocas cambian y evolucionan y los protagonistas no pierden su condición de tales. Casillas rebasa a Zubizarreta en cuanto a internacionalidades (127); Puyol, Xabi Alonso y Torres se acercan al centenario de duelos con la zamarra española; Xavi supera en participaciones a Migueli en el Barça... Y a todos les queda carrete, símbolo de que este juego es otra cosa.

Solo cuatro jugadores de los 30 que más veces han defendido a España debutaron en la década de los 70 (Camacho, Gordillo, Arconada y Santillana). El resto: seis, en los 80; ocho, en los 90, y 12, en este siglo. Entre los 10 primeros, además, siete se estrenaron en 2000 o más tarde. Tan legítimas como reseñables y notorias son las marcas de ahora, ganadas a pulso, en el mejor momento del fútbol del país, como imposible compararlas con las de antaño.

"Antes no jugábamos ni la mitad de partidos"

"El fútbol no es una carrera de 100 metros, donde la distancia no cambia", define José Ángel Iribar, portero de la selección de 1964 a 1976 con 49 internacionalidades: "Las que había".

Para clasificarse para la Eurocopa de 2012 España ha disputado 10 duelos sin repesca. Y en este 2011 ha jugado siete amistosos. Quedan lejos esas eliminatorias a doble partido o fases de grupos de tres o cuatro, ampliada en 1996 a seis. "Con la Unión Soviética desmembrada, por ejemplo, hay otros cinco o seis equipos, con lo cual ya juegas más. Y yo no recuerdo jugar amistosos...", explica Juan Señor, 40 veces internacional (1982-1988). "Antes nos tocaba Alemania en la clasificación y... mala suerte, adiós al Mundial o a la Eurocopa", apunta Juan Manuel Asensi, internacional de 1969 a 1980; "por eso, en 11 años, jugué solo 41 partidos". "Yo, los mismos, pero en 12", interviene José Martínez Sánchez, Pirri, de 1966 a 1978. "A mí me ocurrió algo parecido", interviene Míchel; "fui internacional 66 veces en siete años (1982-1992) y solo me perdí tres partidos". "Pues en mi época no se jugaba ni la mitad", recuerda el exbarcelonista Estanislao Basora, que de 1949 a 1957 disputó 22 encuentros.

"A mí, cuando me fui para Italia, no me llamaban para los amistosos porque el Inter les habría armado la marimorena", advierte Luis Suárez, que defendió a la selección 32 veces de 1957 a 1972; "con esta cantidad de partidos, Puskas y Di Stéfano habrían metido 200 goles".

"Ahora ya no puede existir el gol del cojo"

El reglamento es el fútbol y su evolución. Hasta la década de los 60 no se podía hacer cambio alguno, a no ser que se lesionara el portero. "Una vez me cambiaron", recuerda Iribar; "en un amistoso ante Francia, cuando salió Sadurní". Basora, que completó los 22 duelos que empezó, explica la táctica: "Antes, al que se lesionaba lo ponías de extremo y le decías: 'Al menos, haces bulto". Asensi, que ya estaba en la época de los dos cambios -permitidos a partir de 1970- y que completó 34 de los 41, apunta: "Lo ponías de delantero centro para que marcara el gol del cojo. Eso ahora es imposible".

Por eso, de atender a algunos de los casos actuales, hay una diferencia abismal. De 107 encuentros jugados, Xavi ha terminado 52. Puyol, 69 de 98; Xabi Alonso, 36 de 92, y Torres, 18 de 91. "El primer tiempo lo juegas tú; el segundo, yo... Así dosificas mejor", entiende Luis Suárez, que acabó 30 de los 32. "Por eso las famosas rotaciones han hecho desaparecer lo que se conocía once de carrerilla", remacha Míchel.

"Durante años se fumaba a escondidas"

"Sobre el césped, alrededor del técnico, hay una cantidad importante de personas que se dedican al aspecto físico", explica Míchel. Con la selección, por ejemplo, siempre viajan al menos dos preparadores. Nada que ver con antaño. "No teníamos nadie que se encargara del tema físico. Nos entrenábamos muy poco, no hacíamos estiramientos ni abdominales. Tampoco nadie nos decía qué comer. Así que Miguel Muñoz lo hacía todo, incluso el menú el día de partido: consomé con una yema de huevo, carne y pescado. Algo inapropiado. No comíamos hidratos casi", recuerda Pirri. "Nosotros sí que teníamos preparador y recuperador, pero eso de los isquios no existía. Era un tirón y punto", argumenta Asensi. "Es que ahora los jugadores aprovechan hasta los viajes para el descanso activo y pasivo, para que los músculos sigan trabajando", apostilla Señor. Toma la palabra Basora: "El fútbol de antes no tenía nada que ver y el tema físico era bien distinto. Si hasta estaba de moda fumar". Algo que perduró. "En mis años se fumaba un cigarrito a escondidas, pero se fumaba", confiesa Gordillo, con 75 internacionalidades de 1978 a 1988, "y algo parecido ocurría con las dietas. Nos vigilaban el peso, pero en mi casa comía de todo, desde cocido hasta un potaje". Asensi añade: "Pero, si me pasaba de tantos kilos, multa".

"Al médico lo veías en la consulta de su casa"

"Para quitarte un menisco, te abrían la pierna entera. Yo fui de los primeros a los que le hicieron una artroscopia, algo fundamental para que los futbolistas duren más", conviene Gordillo. "En mi época, con 33 años eras un viejo. Ahora hay quien se retira con 38", afirma Señor. "Quizá es que entonces se daban más patadas", comenta Gordillo; "cuando jugabas fuera, el árbitro siempre permitía una primera entrada sin amonestar. Reconozco que he tenido técnicos que decían que en la primera entrada había que hacer daño, pues no pasaba nada".

Suárez lo tiene claro: "La medicina ha dado un giro radical. No tiene nada que ver con nuestros años". Pirri, sin embargo, es más explícito: "En mis primeros años en el Madrid, no había médico en los entrenamientos. Venía una vez a la semana, los jueves, que era el día del partidillo. Si alguien se lesionaba, iba a verlo a su casa, donde tenía la consulta".

"Al fútbol se jugaba hasta con barro en los tobillos"

Tras un diluvio de arrea, el Barça jugó hace 10 días en San Mamés con un tapete mojado. "¡Qué envidia!", exclama Asensi; "antes, en los días lluviosos, en los campos de San Sebastián y Bilbao se jugaba sobre el fango". Míchel opina igual: "Lo de La Catedral fue increíble. No hace tanto se jugaba en el barro". Señor tiene una tesis: "Aunque estaban bastante bien, en Primera había algún campo muy seco, otro blando y unos terceros embarrados. Jugar en San Sebastián, Santander o Gijón suponía un esfuerzo mucho mayor y una recuperación diferente. Ahora todos tienen ya una uniformidad".

Gordillo es más expresivo al recordar la lluvia: "Yo he jugado en Atocha con el barro hasta los tobillos y, cuando sacaba de banda, me golpeaban con el paraguas". Basora apunta: "Pues con las botas que pesaban tanto era más complicado todavía". Y Pirri añade: "Las botas eran tan duras que se las dábamos a los juveniles para que jugaran y las ablandaran".

"Los viajes eran unas buenas palizas"

La selección viajó a Costa Rica en un avión acondicionado para su mejor descanso -asiento-cama- y entretenimiento. Lo mismo ocurre en cualquier desplazamiento de los clubes más poderosos, casi siempre en avión. "A nosotros, en los viajes nacionales, no nos dejaban cogerlo porque decían que el tiempo era malo, que era peligroso aterrizar. A Bilbao, por ejemplo, íbamos en tren, coche-cama. Salíamos el viernes y volvíamos el lunes por la tarde", cuenta Asensi; "madre mía, las palizas que me metía... Se tardaba horrores. Para ir a jugar el domingo a Vigo salíamos el jueves, pasando por Madrid", insiste Basora; "yo recuerdo un viaje con la selección a Argentina que no sé cuánto duró, pero fue más que eterno. Y, además, en un vuelo regular, sin poder movernos del asiento...".

por el Pais.com

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