La Unificacion Bellvitge Juvenil B, ( reforzado con algunos jugadores del A ) se enfrento anoche al equipo japones del Fuduoka High School, partido que ganaron los de Hospitalet por 3 a 1. El equipo japones llego al aeropuerto de Barcelona a las 19.30 y despues de casi 15 horas de vuelo a las 21.15 estaban jugando un partido de futbol, es de elogiar la entrega y disciplina por parte de estos chavales. Despues de guardar un respetuoso minuto de silencio, se vio un entretenido partido, en el que el equipo japones se puso por delante del marcador acabando asi la primera mitad, luego el cansacio hizo mucha mella en los chavales japoneses y el ritmo mas alto de juego por parte del juvenil del Bellvitge se impuso al final en un partido de alto contenido exotico.
El Espanyol quiere apuntalar el proyecto de la primera plantilla con una operación blindaje de jugadores que están siendo clave en esta Liga. Una vez el equipo defina su situación en esta campaña, el área deportiva empezará a negociar con Javi Márquez y Raúl Baena las ampliaciones y mejoras de sus contratos, así como el aumento de las cláusulas de rescisión hasta doce millones de euros. El primero finaliza su compromiso el 30 de junio de 2012 y el segundo en 2014. Con el agente de Javi hubieron contactos a finales de 2010 pero no se llegó a ningún acuerdo. Ambos están recibiendo ofertas de otros clubs pero ya han manifestado su intención de seguir.
Los jóvenes
Los técnicos también pretenden asegurarse los próximos años de fútbol de los más jóvenes. Jordi Amat y Álvaro Vázquez firmaron con el primer equipo a finales de enero, tras la marcha de Víctor Ruiz y Dídac Vilà al calcio. Se les ató hasta el año 2013 y ahora la intención es ampliarles hasta 2015, además de ofrecerles una mejora. El central y el delantero son las 'perlas' de la cantera del primer equipo. A sus compañeros Javi López y Ernesto Galán les dieron dorsal al acabar la pretemporada. También tienen compromiso con el Espanyol hasta 2013 y se les propondrá aumentar el número de campañas. Los dos son fijos en el 'once' actual de Pochettino.
El portugués Rui Fonte está en calidad de cedido hasta final de campaña. Pero éste es su último año de contrato con el Sporting de Lisboa y el Espanyol está dispuesto a quedárselo en propiedad para incorporarlo a la primera plantilla, al no tener que pagar traspaso. Víctor Álvarez es otro al que los técnicos blanquiazules pretenden que tenga ficha del primer equipo.
Cinco son los futbolistas que tienen un especial y lógico interés para conocer su futuro, al terminar su contrato el próximo 30 de junio. De la Peña, David García, Chica, Iván Alonso y Duscher. El único que sabe que no seguirá es el uruguayo, a quien los técnicos le instaron a que se buscara un equipo en el mercado invernal. El resto piensan que no se quedarán al no tener aún noticias de renovación por parte del club. Pero sus casos (el de Iván De la Peña es especial) también se tratarán cuando la Liga esté resulta
Es la piedra filosofal del proyecto, el coleccionista de títulos y el gestor de los egos. Maneja los tiempos, sabe exigir y la duda nunca le hace perder el paso. Va por delante, hace camino al andar, es de esos que suma a su talento una capacidad de trabajo diferencial. Cada partido es más, su maestría crece por momentos y lejos de volverse perezoso es un ejemplo a seguir. A eso se le llama carácter ganador, mentalidad competitiva y una capacidad innata para facilitar a los suyos el camino de la felicidad.
Pep Guardiola
Llega el momento de la verdad, quedan pocos días para el juicio final. Ha conseguido lo más difícil, su equipo vuelve a jugar como los ángeles, es la versión 2.0 de aquel Barça que maravilló al mundo antes de ganar nada y es que cuando llegó el tiempo de los títulos, el Barça fue perdiendo la ley marcial. Hago lo que quiero, donde quiero y como me da la gana, así se podría describir al primer Barça de Guardiola. Tras los seis títulos y la tensión generada por el que se fue, Samuel Eto’o y el que se vino, Zlatan Ibrahimovic, no quedó otra que sobrevivir. En una versión más atascada no le fue mal al Barça.
Con el fichaje de Villa y Mascherano, la reducción de la plantilla y la llegada de Mourinho se pudo pensar que el cambio de tendencia podría darse. Se habló de modas y de que España jugaba igual que el Barça. Nada que ver, todo con balón sí pero las dudas llevaron a la excelencia. El Barça no es una moda sino la evolución del fútbol. Esperar atrás no es garantía, vivir de la contra convierte a los equipos en previsible y dependientes de las virtudes individuales, equipos expuestos a perder en cualquier ocasión.
El juego combinativo es el modelo, el equilibrio ya no es defender sino atacar, los equipos bien estructurados son aquellos que saben hacer y deshacer con la pelota, los que juegan a uno o dos toques y sus futbolistas son exigidos no en el esfuerzo sino en el pensamiento. La clave está en la pausa, en saber dividir y esperar el momento para marcar diferencias. El fútbol ha cambiado, el Barça de Guardiola ha dejado tirado a cualquier recuerdo de catenaccio del pasado por más que el Inter haya sido tricampeón en el pasado curso.
Los modos y la evaluación deben ser revisados, hablamos de plantilla corta y de ausencia de plan B. Todos juegan a lo mismo, ya no es necesario un Larsson, ni un desatascador que parta de otro tipo de fútbol. Se trata de jugar a lo mismo, estar 90’ percutiendo, volver y volver y si algo no falla, tirar de banquillo para que otros salgan a subir el ritmo y la intensidad, para asestar el golpe cuando el adversario está cansado con la premisa de que la manera sea innegociable. Así es el Barça de Guardiola, fruto de la obsesión por dominar el mundo, por ser los dueños del balón y por el deseo de que un partido de fútbol sólo se juegue en el campo del adversario. Llegan las rondas finales, los partidos de verdad. Ganen o pierdan, Guardiola querrá más en el próximo curso. No es cuestión de títulos sino de dictadura, pase lo que pase seguirán siendo el equipo a batir.
Es un ser despreciable. Todo el mundo comparte esa afirmación. Un canalla, un pendenciero, un hijo de puta, vaya, para qué andarnos con eufemismos. Pero es ‘nuestro hijo de puta’. Es ese tío que está dispuesto a partirse la cara por defender la causa, nuestra causa. Un fulano al que poco le importan las consecuencias personales, porque él mira por el colectivo. Siempre. Cuida cada detalle. Que nadie se meta con los nuestros, porque como él se entere la arrancará la cabeza y le dejará bien claro con quién puede y con quién no puede meterse. Es la guerra sobre el césped llevada casi al extremo. Lo que alguien acertaba a definir, en esencia, como una suerte de moderna guerra de tribus.
A Roy Keane (Cork, Irlanda, 1971) se le recuerda por muchas cosas. Algunas buenas y otras menos buenas. Sus innegables dotes de mando, su jerarquía sobre el césped, su compromiso o su capacidad de proporcionar el equilibrio preciso a su equipo entran dentro de las primeras. Entre las segundas, a casi todos nos viene a la memoria el episodio con Alf-Inge Haland. Una particular vendetta, tan premeditada como alevosa. Pero no fue ni mucho menos la única.
Los enfrentamientos del medio centro irlandés con su Némesis en el Arsenal de la época dejaron una retahíla de anécdotas y particulares escaramuzas. Patrick Vieira, un portento físico dominador en su posición como pocos durante aquella primera mitad de la pasada década venía de liderar con firmeza y contundencia al mejor Arsenal de los últimos tiempos. Aquel equipo que concluyó la temporada 2004/05 imbatido, y que mantuvo su racha sin mácula hasta que se truncó, el 24 de octubre de 2004, cuarenta y nueve partidos después… precisamente ante el Manchester United. Keane sabía que el fútbol inglés, por aquel entonces, era cosa de dos equipos. O el suyo, o los gunners. Jamás dudó en prolongar sus enfrentamientos fuera del césped. Continuos cruces de declaraciones, alusiones más o menos directas a su más firme rival… Todo valía para ganar terreno en su particular pelea. Los piques se extendían más allá del césped. Se guardaban de una vez para otra. No se dejaba pasar por alto ni la más mínima afrenta.
Aquella guerra eterna tuvo su capítulo final un 2 de febrero de 2005, en el túnel de vestuarios del viejo Highbury. La historia venía de atrás, del partido que enfrentó a ambos colosos en la primera vuelta, aquel que acabó con la racha de imbatibilidad de los londinenses. Una fea entrada de Gary Neville sobre Reyes, en respuesta a un caño previo de éste sobre el lateral fue el detonante. Con el incidente bien guardado en la memoria gunner, y en particular de Patrick Vieira, el centrocampista de origen senegalés no pudo esperar al pitido inicial para saldar las cuentas pendientes…
Vieira quiso dejar claro a Neville que su episodio con Reyes no se había olvidado y que él, como capitán del equipo, no dejaría que quedara impune. No se aprecia en el vídeo, pero parece que el mediocentro gunner trató de intimidar, desde la atalaya de su metro noventa y dos, al lateral mancunian.
Todo discurría sobre el guión previsto por los locales hasta que entró en escena Roy Keane.
Ejerciendo de capitán, de representante de la auctoritas máxima dentro de la plantilla, Keano no acepta intimidaciones hacia sus compañeros. Su respuesta hacia Vieira es elocuente y contundente. - ‘You’re fucking shit you! Every week shouting your fucking mouth off, every week Senegal this…, why don’t you fucking play for them then?‘, (‘Eres mierda! Todas las semanas rajando, todas las semanas que si Senegal esto… ¿por qué coño no juegas para ellos entonces?‘) – le espeta ante la incredulidad de los presentes y la impotencia de un Graham Poll que no consigue contener la furia del irlandés. - ‘I’ll fucking see you out there (…) I’ll see you out there (…) Every week you, making out you’re a nice guy…‘ (‘Te veo ahí fuera (…) te veo ahí fuera (…) Todas las semanas haciendo ver que eres un tío legal…‘) – continua Keane, completamente fuera de sí mientras las palabras de Poll no consiguen apaciguarle. - ‘He’s been standing up there shouting his fucking mouth off…‘ (‘Ha estado ahí detrás rajando…‘), trata de explicarse el capitán de los red devils con el corazón a punto de salírsele por la boca. - ‘He think he can pick on Gary Neville… Pick on one of us!‘ (‘Cree que puede meterse con Gary Neville… ¡Meterse con uno de nosotros!‘)
La fibra sensible de un gran capitán. Métete con mi madre, pero, amigo, ni se te ocurra intentar vacilar a uno de mis colegas. Por ahí no. ¿Meterse con uno de nosotros? ¿Quién te has pensado que eres? La furia de Keane, ejerciendo con fiereza su cometido como capitán, representa una de las innegables funciones de un líder natural. Un tío en quien confiar a ciegas si lo tienes de tu lado y al que temer si lo tienes enfrente. Puede ser un hijo de puta, sí, pero es nuestro hijo de puta.
El United venció aquella tarde en Highbury, 2-4, alejando al Arsenal en su carrera por el título hasta colocarlo a diez puntos del líder, y posterior campeón, Chelsea. Vieira dejó el club londinense aquel verano de 2005 con destino Italia y Keano hizo lo propio con rumbo a Glasgow. La batalla había concluido.
.- John Benjamin Toshack, nuevo entrenador del Real Murcia, siempre se ha caracterizado por su peculiar interpretación del idioma del fútbol a la hora de hacer declaraciones, dejando frases para la historia como la del "cerdo volando sobre el Bernabéu", o la que dijo el pasado martes nada más llegar a Murcia: "No conozco nada de este equipo".
La trayectoria de Toshack como entrenador avala una carrera de éxitos y fracasos, con la constante de ser el autor de frases que han quedado para la historia. "Hay más posibilidades de ver a un cerdo volando por encima del Bernabéu de que yo rectifique", fue una de las más célebres y la que a la postre le costó la destitución en su segunda etapa en el Real Madrid. La lista de frases para la posteridad del entrenador galés del Real Murcia es enorme. Estas son algunas de ellas: "Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones", dijo tras una derrota sonora de su equipo. Los medios de comunicación tampoco se libraron de su mordaz lenguaje: "Con las portadas de los periódicos sólo suelo estar de acuerdo con la fecha y el precio". "He hablado con los jugadores de toda esta mentira y gilipollez que está saliendo" "Jimmy Hasselbaink es como Joe Frazier y Anelka es como Mohamed Alí, flota como una mariposa y pica como una abeja", observó en una comparación entre ambos jugadores. "¿Chernobil?, creía que era un lateral izquierdo del Dimano de Kiev", dijo cuando el Madrid viajó a esa ciudad en un partido de Liga de Campeones. "No hay problemas con el agua, traemos Ardanza y Viña Tondonia para lavarnos los dientes", apostilló.
Las relaciones con los jugadores ha sido el epicentro de muchas de sus manifestaciones. "Jugamos como pollos sin cabeza, cada uno por su cuenta". "En mi anterior etapa me criticaban por no lavar la ropa sucia dentro del vestuario, pero es que llevaba tres meses lavándola y no se secaba nunca". "Si quieres cocinas una tortilla con jamón y no tienes jamón, te tienes que conformar con una simple tortilla", comentó cuando en su plantilla creía no tener jugadores con calidad. El estadio de Vallecas tampoco se libró de su ironía. "Hace unos días estuve en Vallecas viendo un partido: Saca el portero, un jugador le da de cabeza y el posterior remate sale fuera del campo y se cuela por la ventana del baño de una casa, donde estaban todos aplaudiendo desde la terraza". Las críticas al juego de su equipo eran contestadas de manera directa. "Podemos evitar muy fácil que nos hagan goles, poniendo a ocho jugadores atrás, un pivote y un media punta". Otras de sus frases eran recurrentes y podían ser utilizadas en diversas ocasiones y circunstancias. "La decisión depende de... de cómo me levante la mañana del domingo". "Presión tiene la gente que está sin trabajo, los que están en el paro, no los jugadores". "Mi abuelo me ha dicho que es muy malo para la salud preocuparse". "La Liga es el pan y la mantequilla y la nata es la Copa del Rey". "Conseguir cuatro de los últimos quince puntos puede ser alarmante para el Real Madrid, es una buena palabra". "No hay nadie aquí que haya pedido un preparador físico y mientras esté aquí no va a haberlo". "No podemos ser unos genios el miércoles y unos idiotas el sábado". Hasta en la hora de las despedidas, Toshack ha demostrado su flema británica.
Cuando salió del Real Madrid y vio que en el finiquito faltaba una cantidad en concepto de multa por llegar tarde a un entrenamiento, no dudó en afirmar: "Voy a enmarcar esta multa y la pondré en mi cuarto de baño". El martes pasado, ya en Murcia, John Benjamin Toshack demostró que sigue siendo el mismo de siempre al declarar: "No conozco nada de este equipo y no les he visto un solo partido". EFE
Mourinho amenaza y desafía, quiere estar por encima de la entidad por más que deje la sensación de que va atropellado desde el primer día. Su mensaje se ha perdido, el foco de atención nunca ha sido el fútbol y muchas tardes para recordar se han quedado en el olvido por los papelitos, los cambios y las amarillas, así como una sucesión de teorías de la conspiración, todas ellas repetidas en cursos pasados. El punto de inflexión no fue la manita del Camp Nou sino el ‘globo’ de la selección portuguesa tras el esperpéntico viaje de vuelta de San Sebastián. Ese pulso, estratégicamente parcelado a todo lo que se moviera, no ha tenido descanso alguno.
Mourinho y Ferguson
El tema de los horarios viene de lejos, la trama nace del recuerdo de sus tiempos de Premier donde el gobernador es Sir Alex Ferguson y su ascendente sobre los tiempos de recuperación es significativa. Benítez fue el primero en plantarle cara al manager del United. Mourinho tuvo sus idas y venidas pero sus ataques no fueron directos contra el poder establecido sino contra Wenger y Benítez. El primero porque hace del fútbol algo más que un resultado ya que nunca es cuestionado ni en la victoria ni en la derrota. El segundo porque quizás fue su bestia negra, su maestría desde la táctica evitó que Mourinho saliese campeón de Europa en el proyecto millonario de Abramovich. La falta de imaginación le ha llevado a tirar de los “horarios” para montar bullicio cuando los números indican que la media de recuperación entre partido y partido del Barça y el Madrid es idéntica, juegan cada 109 horas de media.
Cuestionar a los árbitros y justificar derrotas por ausencia de peso en los órganos de poder es algo repetitivo desde sus inicios. Calcula el momento, nunca pierde por el planteamiento ni por los cambios ni la gestión de la plantilla. Si cae eliminado lanzará el marrón a la propiedad o en su defecto a la directiva. Así lo hizo tras caer en el Camp Nou con el Chelsea en 2006, la eliminación se debía a que el Chelsea no tenía peso en UEFA, ni en el estamento arbitral. No se detuvo allí, dijo que para ganar la Champions sólo necesitaba que Abramovich se espabilara como debe hacerlo ahora Florentino. Con el Inter más de lo mismo, quizás encuentre a faltar ese Pinto Da Costa, presidente del Porto, que era el principal acusado del “silbato de oro” por la compra de partidos.
Sobre la manera de gobierno sólo hay fuertes y débiles. A los lesionados no los quiere cerca y entiende que hay dos categorías de futbolistas, los suyos y los demás, amén de los que son víctimas de su liderazgo. Estos son los que no llegan bajo su tutela, no es amigo de contar con los jóvenes. No se le recuerdan muchos canteranos. Este año le ha dado a Canales, Pedro León, Albiol y Ramos para salir a exigir la renovación de Pepe – sólo puede conseguir encarecerla – y pedir a Hugo Almeida como en el Inter había pedido a Quaresma y en el Chelsea a Paulo Ferreira e Hilario, fichajes extraños que compartían negociante y que nunca fueron utilizados ni como primeras ni como segundas opciones.
Falta saber cuál será su futuro. Irá a un grande según él tras su paso por el Madrid, está tranquilo sabe que es muy bueno pero no se ha visto el historial. El Madrid es la silla eléctrica, nadie sale de ahí a un club mejor, y dado lo que cobra y sus exigencias, hacen que no sea sencillo que Mourinho sea un entrenador por el que volverse loco. El Liverpool no le puede pagar, en el Arsenal sería la hecatombe y el United que quieren que les diga lleva años jugando a otra cosa. Como siempre manda el dinero, tendremos que recordar que el City era el grande de Manchester.
Con motivo de la celebración del día de San Patricio, recupremos este artículo para rendir tributo a la mejor selección irlandesa de la historia, la Irlanda de Jackie Charlton. En 2011 se cumplen ya 26 años del nombramiento de Jack Charlton como responsable de la selección de Irlanda. Los inicios fueron complicados, los irlandeses no veían bien que un inglés ocupase el banquillo del trébol y más aún cuando en su debut, Irlanda perdió ante Gales, otro eterno rival. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. El primer éxito de los hombres de Charlton, fue clasificar a los verdes para la Eurocopa de 1988. Recordamos que entrar en una Eurocopa en aquella época era mucho más complicado que ahora. Entrar en la fase final de la Eurocopa del 88 era estar ya entre los ocho mejores equipos del continente. Irlanda había llegado más lejos que nunca. El torneo no pudo empezar mejor. Irlanda venció a Inglaterra con un gol del magnífico media punta Ray Houghton, en el siguiente partido los irlandeses consiguieron empatar con la URSS de Nassaev.
El grupo era tan complicado que en el último partido les esperaba la mítica Holanda de Gullit, Van Basten, Rijkaard, Koeman… los irlandeses como era de esperar, perdieron, pero dejaron una impecable imagen y llegaron a Dublín como héroes, fueron recibidos por más de 200.000 personas. Sus rivales del grupo, sobra decirlo, fueron los finalistas del torneo. Se empezaba a forjar un equipo de leyenda.
Un equipo de leyenda Nombres como Patt Bonner, Paul Mcgrath, Andy Townsend, Ray Houghton, Steve Staunton, John Aldridge, Niall Quinn o Tony Cascarino formaban un bloque perfecto de la mano del hombre de la boina, Jack Charlton. Queda claro que esta generación jugaría dos mundiales. La primera estación, Italia 90. En el país del Calcio, los de Charlton ya no eran unos desconocidos. Ante una masa verde de aficionados, la más numerosa que se recuerda, a Irlanda le volvió a tocar contra Inglaterra y Holanda en el grupo, Egipto completaba el cuadro. Irlanda llegó hasta los cuartos de final, un logro sin precedentes en el fútbol irlandés. En octavos, el carismático Patt Bonner paró el penalti decisivo e Irlanda venció a la Rumanía de Hagi. En cuartos, los anfitriones derrotaron al once del trébol por la mínima. La fama de esta generación llegó a tal punto que durante el torneo en Italia, la plantilla fue recibida por el Papa Juan Pablo II en el Vaticano.
Niall Quinn fue uno de los delanteros más carismáticos del once del trébol
A pesar de la bendición de la Iglesia, a Irlanda se le escapó la oportunidad de acceder a la Eurocopa de 1992 en Suecia. Aún sólo 8 equipos accedían a la fase final, y la Irlanda de Charlton quedó fuera detrás de Inglaterra en la fase previa, sólo por la diferencia de goles. Fue en 1994 donde la Irlanda de Jack Charlton tocaba techo. El mejor lugar posible, Estados Unidos, la meca de la inmigración irlandesa. Miles de aficionados poblaron los cuatro partidos que Irlanda jugó en tierras americanas en lo que se presumía el mejor final para jugadores como John Aldridge que, como no podía ser de otra forma, marcó en el torneo. Irlanda jugó dos encuentros en Nueva York. La prensa del país bautizó la ciudad como la nueva Dublín, el ambiente en las gradas recordaba a Lansdowne Road.
Irlanda se vengó de Italia ganándola con otro gol decisivo de Houghton en el estadio de los Giants de Nueva York. Un dato curioso, Jack Charlton le daba bolsitas de agua a sus jugadores para que se refrescasen. Dio resultado, Irlanda pasó de ronda aunque Holanda se la volvió a jugar y les venció en octavos con jugadores como Roy Keane, Phil Babb o Dennis Irwin como nuevos hombres importantes.Llegar a Inglaterra 96 hubiese sido un gran desenlace para Charlton y su equipo. No pudo ser. La fase de clasificacion les deparó un dramático final para la Irlanda de Jacky. Fue en Anfield Road, en la tierra de Charlton. En un caprichoso cruce de repesca, Irlanda volvió a cruzarse con Holanda. La naranja se impuso de nuevo al trébol. Charlton dimitió en esas Navidades del 95, 10 años después de llevar a Irlanda a lo más alto, una generación y un técnico… irrepetible
Este cabecero no es mio es del L´Equipe, y viendo un poco lo que va comentando la prensa extranjera ya que la de aquí se mueve por sus respectivos colores, es con la que mas coincido. La verdad es que se puede discutir todo, que si el arbitro estuvo mal, porque lo estuvo, las dichosa ley de compensación que yo siempre y siempre suelo discutir, en el vestuario le comentan o ve repetido su cagada en el penalty y a la primera que puede lo compensa, a lo que iba que si el arbitro que si el juego, que si el sistema de juego, lo que es indiscutible es que un equipo tira a puerta 19 veces y el otro 0 y nada mas, un equipo va a por el partido y otro a especular, o hacer lo que pudo porque no hay que quitar merito a la presion que hacia el Barcelona por recuperar el balón, me sorprendió que Wenger tirara la linea muy adelantada y mas con jugadores mas pasadores, si lo hubiera hecho con jugadores mas de contacto o recuperadores lo hubiera entendido, recomiendo que se entre en la pagina de la UEFA donde viene las estadísticas del partido y nos sorprenderia los números y recomiendo mas todavía una vez escuchada la rueda de prensa de los entrenadores, que como es lógico defienden lo suyo, escuchar hoy a Marcherano tiene mas razón que un santo, vamos que pocas veces escuchaba a un jugador hablar mas claro se puede decir chillando para entenderlo pero lo dijo muy clarito, felicitar al Barcelona, sobre todo porque nos enseño a presionar, a achicar espacios a la salida del rival, a cuando ir a buscarles, a que hacer con el balón, y nada felicitar a un jugador que nunca se llevara el balón ni la bota ni nada de nada pero Andres Iniesta puso el fútbol y otros, otras cosas.
William Ambrose Wright fue un hombre de los que ya no quedan. Pongámonos rancios, o consecuentes, y hablemos de códigos, fidelidades y héroes cotidianos. De lo bueno de la tradición, del limpiar las botas de los veteranos, de estrechar la mano una vez finalizada la batalla. Ese ambiente de amor al juego, en el que las cosas hay que hacerlas bien porque las cosas hay que hacerlas bien. O no se hacen. Con 14 años, Billy Wright asomó en los reservas del Wolverhaptom. Con 15, ya empezada la Segunda Guerra Mundial, debutó con el primer equipo. Con 23, era capitán. Con 25, levantó su primer trofeo, la FA Cup. Con 34, en el adiós, logró su tercera Liga inglesa. Y con 70, tras su muerte, sus cenizas fueron esparcidas por el césped del Molineux Stadium, donde una grada lleva su nombre, cerca de la estatua que resiste en su honor. Eterno, todo y leyenda.
La carrera de Billy Wright es, además, el reflejo de una generación, y una época. La generación de quienes vieron truncadas, o al menos interrumpidas, sus aspiraciones al estallar el conflicto bélico que asoló la misma Europa que el fútbol ayudó a reconstruir después, lamiendo heridas, secando cicatrices. Wright participó en varios encuentros, frente a Honved o Dinamo de Moscú, precursores de las conocidas competiciones continentales. La generación que vivió la explosión de la cultura popular, que incluyó en la bolsa de ídolos de consumo masivo a los pateadores del balón. Wright se casó con una de las célebres Berverly sisters. La época que subrayó el valor individual en un juego de esencia colectiva. Wright fue segundo, tras Alfredo Di Stefano, en la votación del Balón de Oro de 1957. Y la época en la que lo ahora natural era excepcional, y viceversa. Hombre de un solo club, primero en alcanzar las cien internacionalidades en el fútbol mundial, Wright se retiró con un asombroso registro. Jamás fue expulsado, ni siquiera amonestado. En más de medio millar de partidos. Los árbitros lo sabían, igual que los hinchas, igual que la dulce y melosa Joy Beverley entonces, igual que nosotros ahora. Coincidimos todos: William Ambrose Wright fue un hombre de los que ya no quedan.