Que Sophia me perdone, pero el fútbol, como la poesía, no se explica, implica. Fútbol es pasión. Algo oscuro y mágico, mezcla de fiesta y sufrimiento, un "acre placer de las dolores", citando al viejo Garrett. Ha sido ese lado del fútbol el que llevó a Bill Shankly, mentor del gran Liverpool de los años setenta, a una célebre frase: "El fútbol no es un caso de vida o muerte, es mucho más que eso". O ha inspirado el poema de Carlos Drummond de Andrade: "¿Se juega el fútbol en el estadio? / El fútbol se juega en la playa,/ el fútbol se juega en la calle,/ el fútbol se juega en el alma". Es así y nadie lo ha dicho tan bien: el fútbol se juega en el alma. Lo saben los poetas a los que les gusta el fútbol y también los políticos, incluso a los que no les gusta, como parece que era el caso de Salazar y Franco, que, sin embargo, lo utilizaron.
jueves, 28 de febrero de 2008
FÚTBOL Y UTOPÍA
Que Sophia me perdone, pero el fútbol, como la poesía, no se explica, implica. Fútbol es pasión. Algo oscuro y mágico, mezcla de fiesta y sufrimiento, un "acre placer de las dolores", citando al viejo Garrett. Ha sido ese lado del fútbol el que llevó a Bill Shankly, mentor del gran Liverpool de los años setenta, a una célebre frase: "El fútbol no es un caso de vida o muerte, es mucho más que eso". O ha inspirado el poema de Carlos Drummond de Andrade: "¿Se juega el fútbol en el estadio? / El fútbol se juega en la playa,/ el fútbol se juega en la calle,/ el fútbol se juega en el alma". Es así y nadie lo ha dicho tan bien: el fútbol se juega en el alma. Lo saben los poetas a los que les gusta el fútbol y también los políticos, incluso a los que no les gusta, como parece que era el caso de Salazar y Franco, que, sin embargo, lo utilizaron.
martes, 26 de febrero de 2008
ANIMO CRACK, SALDRAS ADELANTE
lunes, 25 de febrero de 2008
DINAMICAS
El fútbol esta lleno de dinámica y a esta altura de temporada varios equipos están metidas en ellas tanto en lo negativo como en lo positivo.
JUANDE SUMA Y SIGUE.
Después de un fin de semana en la que la lesión, de Eduardo "dudu" Silva ha centrado todas las imagenes de la Premier y del fútbol europeo, y el hat trick de Torres que le esta sentando bien las islas, la noticia es el nuevo titulo ganado por Juande Ramos, " entrenador al que yo tengo una manía especial" pero he de reconocer que los títulos le están acompañando, llego hace 4 meses al Tottenham y ya le ha echo ganar un titulo después de 8 años de sequía la CARLING CUP, recuerdo que una de las cosas que ha echo es bajar de peso a la plantilla de momento 50 kilos y según comenta les sobran otros 50, con un régimen especial de comidas y de entrenamientos ha regañadientes los jugadores esta cumpliendo y los resultados están hay.
domingo, 24 de febrero de 2008
LOCURA FINAL
viernes, 22 de febrero de 2008
BAJADA DE PANTALONES?
jueves, 21 de febrero de 2008
FUTBOLTECA
martes, 19 de febrero de 2008
ZIDANE, EL ULTIMO PARTIDO
domingo, 17 de febrero de 2008
RABIA
viernes, 15 de febrero de 2008
TRIBUTO
LA TRAGEDIA QUE MARCÓ LA HISTORIA por Simon Mullock
El miércoles 6 de febrero se cumplieron 50 años del accidente de avión en Múnich que costó la vida a ocho jugadores del Manchester United y rompió aquel mítico equipo de los Busby Boys, los chicos de Matt Busby, el técnico que sobrevivió y construyó otro United que conquistó la Copa de Europa en 1968. El Manchester honra a sus héroes, y el próximo domingo los diablos rojos se vestirán como hace 50 años. Los números del 1 al 11, la camisa clásica roja, los pantalones blancos y las medias negras, con el cuello en forma de v . Les espera el rival de la ciudad, el Manchester City, en Old Trafford. Será la misma equipación que llevaban en Belgrado un día antes de la tragedia, la equipación que dará gloria eterna a los diablos mancunianos.
"Glory, glory, Man United"
Se calcula que hay 330 millones de hinchas del Manchester United. Es decir, que uno de cada 20 habitantes del mundo es un diablo rojo.En muchos aficionados, el origen de su pasión se remonta al 6 de febrero de 1958. Porque, aunque ése fue el día en que murió un gran equipo, de las cenizas de un avión estrellado surgió un fenómeno que trasciende el fútbol. El ascenso del Manchester United hasta su fama como club más popular del planeta se inició en el instante en que, en la pista del aeropuerto de Múnich-Riem, bloqueada por el hielo, ese avión Ambassador se convirtió en una tumba para 23 de los 44 pasajeros que llevaba a bordo. El dolor no se limitó a Manchester. Cuando se pregunta a muchos aficionados por qué animan al United si no tienen ningún vínculo con la ciudad, a menudo responden que sus abuelos, padres o tíos se hicieron del equipo a raíz de la tragedia de Múnich.
"Algunos se preguntaban si el Manchester United seguiría existiendo después de Múnich, pero el club se recuperó y la tragedia es la parte más importante de su historia", relata sir Bobby Charlton, que se subió al avión siendo un chaval de 20 años y escapó de los restos para convertirse en una leyenda; "sé que un montón de gente empezó a apoyar al United después del accidente. La pena que causó fue tremenda porque los jugadores que murieron eran realmente unos niños". Charlton fue uno de los nueve jugadores que sobrevivió al accidente. Sólo cinco de ellos viven todavía.
Se trata de Charlton, Bill Foulkes, Albert Scanlon y Kenny Morgans, además de Harry Gregg, que ha vendido su historia en exclusiva a un periódico inglés. Gregg, un irlandés sin pelos en la lengua que ayudó a rescatar a una pasajera y a su hija pequeña del avión siniestrado, está resentido con el Manchester por la forma en que el club trató a algunos de los supervivientes. Sólo Gregg, Charlton, Foulkes y Dennis Viollet volvieron a jugar con regularidad para el United tras la tragedia. Morgans, Scanlon y el portero suplente, Ray Wood, se fueron para fichar por equipos de menor categoría mientras que Johnny Berry y Jackie Blanchflower hubieron de retirarse por las heridas sufridas. Medio siglo después, las cicatrices psicológicas siguen abiertas. A medida que la fecha se aproxima, Foulkes ha desarrollado una fobia a volar. "Después del accidente, no tenía problemas para viajar en avión", cuenta un defensa central que en la época de Múnich era jugador del United a tiempo parcial y tenía que trabajar en una mina de carbón para ganarse un dinero extra, "pero hace unos diez meses, de repente, me aterrorizaba volar".
Blanchflower y Berry no volvieron a jugar a causa de las heridas. Al cabo de unos meses, les notificaron que debían abandonar sus casas, que eran propiedad del club, para que los jugadores que fueron fichados después de la tragedia tuvieran un sitio donde vivir. Algunos de los supervivientes pasaron apuros económicos, si bien hasta agosto de 1999 no se celebró un partido para recaudar dinero para las víctimas del accidente y sus familias. Eric Cantona, ex delantero del United, organizó un equipo de jugadores de talla mundial para enfrentarse al equipo inglés, pero los gastos de su participación ascendieron a 133.000 euros.
Esta semana el mundo del fútbol tiene la obligación de presentar sus respetos a los que perecieron hace 50 años. El miércoles por la tarde se celebrará un funeral en Old Trafford y, cuando Inglaterra juegue contra Suiza esa misma noche en Wembley, los futbolistas llevarán brazaletes negros en señal de respeto, dado que muchos de los jugadores que murieron eran internacionales.
Habrá un nuevo tributo el domingo en Old Trafford en el encuentro ante el Manchester City. Y hay cierto temor a que algunos hinchas del City no respeten la ocasión por la animadversión entre ambas aficiones. El City solicitó un minuto de ovación en vez de un minuto de silencio, pero la petición fue rechazada por el United, que, con razón, cree que no sería un homenaje digno.
Matt Busby, que recibió la extremaunción dos veces en el hospital de Múnich antes de recuperarse y construir el gran equipo de Best, Law y Charlton en memoria de sus Babes perdidos, fue jugador del City y ayudó al club a ganar la Copa de la Asociación Inglesa de Fútbol en 1934. Además, uno de los compañeros de equipo de Busby en esa época en el City fue Frank Swift, al que algunos califican como el mejor portero de la historia de Inglaterra, que se hizo periodista cuando se retiró y fue uno de los ocho reporteros que murieron en Múnich.
Busby murió en 1994 -unos meses después de ver al Manchester United ganar el título inglés por primera vez en 26 años- , pero el 26 de mayo de 1999, cuando ese gran hombre habría celebrado su 90º cumpleaños, el United conquistó la Liga de Campeones tras derrotar al Bayern Múnich en Barcelona con dos goles mágicos en el minuto 90.
Simon Mullock es redactor del Sunday Mirror
jueves, 14 de febrero de 2008
COSITAS
RONALDO SE ROMPE
martes, 12 de febrero de 2008
YES WE CAN, SI PODEMOS
lunes, 11 de febrero de 2008
PENOSOS Y ENORMES
EGIPTO CAMPEON
OTRO PASO MAS, DE LOS MUCHOS QUE FALTAN
domingo, 10 de febrero de 2008
jueves, 7 de febrero de 2008
HOMENAJE A LOS BUSBY BABIES
Numerosas autoridades locales y representantes del fútbol británico acompañaron al Manchester en el día que se honraba la memoria de los fallecidos, los famosos Busby Babes. El acto incluyó un mensaje del Príncipe Carlos de Inglaterra y palabras de Charlton, que recordó la inmensa calidad de aquella generación: "El equipo que fue diezmado en Múnich hubiese sido el primer conjunto británico en ganar la Copa de Europa". Sentados junto a él estaban Harry Gregg, Albert Scanlon, Bill Foulkes y Kenny Morgans, los otros futbolistas que sobrevivieron al desastre. Wayne Rooney puso la nota de ilusión: "Ganar la Champions en un año tan importante sería el mejor homenaje a los Busby Babes". Mientras, miles de aficionados se concentraron en los exteriores de Old Trafford. Las flores inundaron los distintos monumentos en memoria de los fallecidos que rodean al Teatro de los Sueños.
Simultáneamente, más de 400 seguidores del Manchester United realizaron una misa en el lugar exacto de Múnich en el que se estrelló el avión. Karl Heinz Rummenigge, presidente del Bayern Múnich, quiso sumarse al homenaje. "Aquel 6 de febrero de 1958 fue un día negro en la historia del Manchester United y también en la de todo el fútbol", dijo el mandatario bávaro.
miércoles, 6 de febrero de 2008
50 AÑOS DE LA TRAGEDIA DEL MANCHESTER
Jones
Mediocentro de 24 años. Empedernido y bonachón fumador en pipa. Su viuda dio a luz tres meses después del accidente.
Colman
Interior diestro. Tenía 21 años, el más joven que pereció en el desastre. Apodado caderas de serpiente, tras popularizar un complicado regate.
Taylor
Delantero centro, 25 años. Su traspaso, del Burnley, le costó al United 30.000 libras de la época. Era implacable por arriba.
Edwards
El más talentoso, líder del equipo. Con él, se dijo entonces, Inglaterra habría ganado el Mundial 58.
Pegg
Extremo zurdo. Hijo de un minero de Yorkshire, de 22 años. Estaba destinado a suceder a Finney en la selección inglesa.
Whelan
Delantero. Murió a los 23 años y era irlandés, católico devoto. Sus últimas palabras: "Si es el final, estoy preparado". El lunes salió un sello en su honor.
Byrne
28 años. Defensa que antes jugó de extremo zurdo. Su hijo Roger, recogepelotas en Old Trafford, nació ocho meses más tarde.
Bent
Defensa reserva de 26 años. Fue padre de una niña sólo cuatro meses después de su muerte.
Un equipo de leyenda
RAUL SI, RAUL NO, RAUL SI , RAUL NO...
martes, 5 de febrero de 2008
lunes, 4 de febrero de 2008
UN PASITO MAS
sábado, 2 de febrero de 2008
UNA MANERA DE VIVIR
A diferencia de los grandes equipos de los últimos 30 años, el éxito del Liverpool no se debió a un grupo definido de jugadores, sino al definido estilo de su juego, a una manera de vivir el fútbol. La coherencia y la ambición se las inyectó Bill Shankly, uno de los muchos escoceses que transformaron el fútbol en Inglaterra. Escocés fue el gusto por el juego de pase frente al choque inglés. Escocés fue Matt Busby, el mítico entrenador del Manchester United, y lo es Álex Ferguson, el técnico que ha reeditado en los últimos 20 años la hegemonía del equipo de Old Trafford. Escocés hasta la médula era Bill Shankly, nacido en una familia de mineros, minero él mismo, hombre de carácter y entrenador carismático. Shankly sacó al Liverpool de pobre, después de años de regresión a finales de los 50. Lo devolvió a Primera y no tardó mucho en conquistar su primer título de Liga. Ganó el campeonato en 1965, en plena efervescencia del pop y de una ciudad que encontraría en el fútbol una manera de afrontar la terrible crisis industrial de la década siguiente.
Shankly nunca ganó la Copa de Europa, pero los seguidores y futbolistas del Liverpool saben que el éxito se debe a su viejo entrenador. Cuando se retiró en 1975, dejó al equipo en manos de su ayudante, Bob Paisley, que dejó su puesto a otro ayudante, Joe Fagan, que traspasó los poderes a Kenny Dalglish, el delantero escocés que había sucedido y mejorado a Kevin Keegan. Así se hacían las cosas en Anfield. Al fondo, el ideario del viejo entrenador: juego de pase, rápido, solidario, sin egoísmos. Todo esto sucedió en un periodo interesante del fútbol británico. Mientras el Liverpool se hacía casi hegemónico en la Liga y en Europa, la mayoría de los equipos eligieron la ruta contraria al equipo de éxito.
No hubo una alineación especialmente memorable, ni un entrenador al frente del equipo que ganó cuatro veces la Copa de Europa, dominó con puño de hierro la Liga inglesa y reunió una legión de seguidores por el mundo. El Liverpool era una idea de fútbol y de vida. Los reds consagraron lo mejor del fútbol inglés (pasión y generosidad) con lo mejor del fútbol europeo. Que su estilo no fuera imitado en la Liga inglesa le benefició. Se encontró sin demasiados rivales. Es ahora, cuando el Arsenal de Wenger recoge y mejora muchas de las bases que estableció Shankly, el momento de apreciar el mérito del Liverpool